domingo, 23 de noviembre de 2008

Ajedrez

Es increible como Australia ayuda a refrescar la memoria. No solo de grandes y siempre recurrentes buenos momentos [Y la luna nos iluminaba a nosotros, como heroes =)], sino tambien de los momentos mas cotidianos y mas reconditos de la memoria.

Hoy he recordado los torneos de ajedrez en el instituto. Esos que los que en el ultimo anio la cosa no acabo bien, ya que una triste noticia llego en medio de una de las ultimas partidas que faltaban para hacerlo concluir. Ese mismo que acabe quedando segundo del segundo ciclo (Bachiller?), o eso creo...o recuerdo.
No recuerdo muy bien los resultados de aquel torneo, pero siempre recuerdo con ansias y nervios los recreos (de los miercoles?) para empezar la partida. Y como igualmente deseaba prolongarla para saltarme la clase siguiente con excusa justificada. Aun asi, la cuestion es que me he acordado de muchos detalles y muchas partidas. Desde la partida de Rafa contra el chaval joven bastante prometedor, pero se le olvidaba el reloj al pobre, y Rafa que se hacia el remolon tardando mucho en mover. Pobre chaval, al menos aprendio de la leccion. Recuerdo alguna que otra partida mia que no estuvo mal. Mi obsesion por mover los caballos por todo el tablero, y mi talon de Aquiles de unos alfiles demasiado estaticos y tener una estrategia poco agresiva a la hora de colocar la Reina. Lo odioso que se me hace el enroque y lo mucho que lo utilizo, y lo primordial que siempre veo avanzar de manera ordenara la fila de los peones, cosa que a veces se me vuelve en mi contra.
Recuerdo con especial detalle una partida en particular en la que realice un movimiento a la espera de que mi oponente realizara un movimiento defensivo, con su caballo o con su alfil. Suerte (mala o buena) la mia, que no hizo lo que preveia, sino que decidio utilizar peones. El problema me vino en no saber a que atacar, caballo o alfil. Me gustan los caballos, y al darles un valor especial personal, tambien me gusta tenerselos controlados al contrincante. Cosa que como con mis alfiles, me hace descuidarme de los suyos. El problema era que su alfil me estaba jaqueando poco a poco, pero el caballo tenia una buena posicion para subir la torre y ponerme en serios apuros mi reina o mi torre derecha. Por suerte no se habia dado cuenta, por ahora. Pero la decision era mia, y se me hacia dificil. Muy dificil.

Sin entrar en que acabe por atacar, ya que no lo recuerdo, aquella partida la gane por el tiempo. Aun asi la recuerdo como una de las partidas mas equilibradas nunca jugadas por mi, en defensa y en ataque. Y me jode no recordar que fue: caballo o alfil. Ya que esos son esos movimientos que siempre existen en el inicio, mitad o final de una partida de ajedrez, que desencadenan muchas perdidas de fichas y destruccion de otras tantas, y acaba ganando quien mejor sabe controlar el caos.

5 comentarios:

teatro_magico__no_para_cualquiera dijo...

Yo siempre recordaré el mate que le hice al chaval, que solo se dedicaba a comerme piezas, a vacilar con sus amigos. Sencillamente se estaba creciendo, el chaval estaba en su momento algido era el rey de la fiesta, ganando a alguien mayor que el por mucho. Y en dos movimientos le hice un mate no calculado realmente. Ese día fue el de la mala noticia, estaba un poco perdido. Pero es la partida que mejor recuerdo.

Nalen dijo...

Que alegría verte por aquí! Soy Nalen y me he hecho un blog nuevo, más en serio (o eso pretendo xD)
Un beso, australiano!

Yuki Ashura dijo...

Ayer te escribí un comentario que gracias a mi fabulosa conexión no conseguí enviar...

Te preguntaba por este nuevo look del Blog =) Es por eso de que es la única página que te queda (creo)?

(K) Luvya.

Soñadora Empedernida dijo...

Un día te comentaré bien... Y te contestaré al mail. Pffff.



(K)

Yuki Ashura dijo...

Generalmente, cuando se dicen cosas tales ('pero el cambio no va por eso') se explica el verdadero motivo.

(INDIRECTA)

xDDD